Ano Hi Mita Hana no Namae wo Bokutachi wa Mada Shiranai
AnoHana, para los amigos, ha sido, sin duda alguna, la serie que más me ha emocionado en este pasado año, no sólo por su historia, la mar de tierna, sino por la manera de contarla, por la forma en la que el espectador se ve involucrado con los personajes, siente y padece por ellos, y espera que todo les vaya bien. Estas series, las que te hacen sentir de verdad, son las mejores, y por eso AnoHana merece un puesto de honor en esta lista.
Usagi Drop
Ésta es otra que se las trae. Ya sabéis que fue una de las series que más me entusiasmó en pasadas temporadas, y por supuesto que la considero una imprescindible también. El carisma de Rin y Daikichi es tal que te arrastran a su mundo, lo vives con ellos, te emocionas con ellos, sufres con ellos, es brutal en todos los sentidos lo conectada que me pude llegar a sentir con su historia, es demasiado real y emocionante. Además, me estoy haciendo con el manga en inglés para tener este joyita en mis estanterías.
Hourou Musuko
Esta serie me dejó prendada a principios del año pasado. Con una historia sencilla pero complicada a la vez, unos personajes que se dejan querer y un dibujo que me parece precioso, se convirtió en un enganche semana tras semana. Toca temas que no se ven todos los días en el mundo del anime como la homosexualidad o los cambios de sexo y otros tan comunes como el amor o los típicos problemas de la adolescencia. Dadle una oportunidad, no os decepcionará. También me estoy pensando si me hago con el manga en inglés, porque veo imposible que esta serie se licencie por estos lares.
Mahou Shoujo Madoka Magica
Madoka Magica se lleva el título a la serie más sorprendente del 2011. Ya dije en su día que me maravilló, por su soberbia historia (trágica y mágica a partes iguales) y sus sorprendentes giros. Si aún no la habéis visto, no sé a qué esperáis, os fascinará.
Steins;Gate
Está claro que muchísima gente coincidirá conmigo en que Steins;Gate es la serie más "normal" y que más público en general habrá captado, y es por ello que en más de un blog será proclamada como la mejor serie del 2011. Sin duda, es una gran serie, con todos los elementos necesarios para enganchar hasta al más exigente otaku.
Mawaru Penguindrun
Estoy segura de que Mawaru Penguindrum es una serie que no gusta a todo el público, es más, tan sólo gustará a un sector del público bastante especial. Sin tratarse de la octava maravilla, la serie es original a rabiar, y te atrapa sin que te des cuenta. A pesar de desarrollarse a lo largo de dos temporadas completas (24 capítulos) la serie deja bastantes cosas en el aire, obligando al espectador a que use su imaginación para completar el puzle que conforma esta genial serie.
Y sí, me voy a quedar sólo con estas seis series, porque el 2011 no ha sido un año que haya destacado precisamente por traer buenas series, ya que más de una se quedó a medias entre serión y mierdón. No obstante, algunas de las que más me gustaron pero no pasaron el listón fueron:
Ao no Exorcist (el relleno la arruinó), Boku wa Tomodachi ga Sukunai (buenas dosis de risas aseguradas), Deadman Wonderland (a pesar de pecar de muchas cosas), Hanasaku Iroha (buena serie, relajante), Kimi ni Todoke 2 (calcado al manga); destacando por encima de todas estas Working'!! y Natsume Yuujinchou San, las cuales no incluyo en la lista por contar ya con sus propias entradas y no querer aburriros más con ellas, pero vamos, ya sabéis que las recomiendo encarecidamente.
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